quarta-feira, 2 de dezembro de 2020

Demasiadamente humano

 

Mi amor, Victória…

 

Tus ojos son la luz de mi vida;

Tu pelo es el manto que me calienta en el frio;

Tus hombros me sostienen en la debilidad;

Tu boca es la sagrada fuente de mi placer.

 

¡Perdona mis miserias!

¡Perdona mis errores!

Y vuelve a aceptarme en tu corazón.

Yo soy demasiadamente humano.

 

Daniel Viana

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